Blog del escritor Gabriel Rodríguez Morales

lunes, 3 de septiembre de 2018

Poesía y literatura deportiva (3): Las críticas de algunos intelectuales a los deportes en la Grecia Clásica y los siglos siguientes

    En la anterior entrada hablamos de Píndaro como ejemplo de poeta que ensalzaba las glorias atléticas. Pero también hubo intelectuales que en la Grecia Clásica, criticaron la ferviente admiración por los deportes y los atletas. Un ejemplo lo encontramos en Jenófanes de Colofón (siglo VI-siglo V a.C), poeta y filósofo griego:

Pero si alguien alcanza la victoria allí... en Olimpia, como hombre muy ilustre aparece a los ojos de sus conciudadanos, y puede alcanzar la gloriosa proedría en los juegos y recibir de la ciudad alimentos a cargo del erario público y un regalo que tendrá como premio. No es justo preferir la fuerza a la verdadera sabiduría; pues aunque hubiera en el pueblo un buen púgil o un vencedor en el pentatlón o en la lucha o en la carrera, todo lo cual es sumamente apreciado en los despliegues de fuerza de los juegos, no por eso la pólis contará con buen orden (eunomía).


    En los siglos posteriores, aunque siguieron disputándose pruebas atléticas, éstas perdieron el valor de antaño, como reflejaron varios poetas con sus sátiras:

Lucilio (siglo II a.C.), poeta nacido en Sessa Aurunca (Italia) y considerado como el creador de la sátira:

"A Apis"

Sus compañeros de lucha han erigido aquí una estatua al pugilista
Apis, pues a nadie pegó.

    En otro poema satírico dice así:

Este Olímpico que ahora es así, tenía, Augusto,
nariz, mentón, cejas, orejitas, párpados.
Después, una vez inscrito en las pruebas de boxeo, lo perdió todo,
de modo que no ha podido recibir su parte de la herencia,
ya que su hermano, que tenía un retratito suyo, lo ha aportado como prueba,
y se ha declarado en juicio: "Éste es otro", pues no se parece en nada.

    Nicarco (siglo I d.C.), poeta griego:

Contra otros cinco Carmo compitió en Arcadia, en la carrera de fondo,
pero, ¡maravilla!, de verdad que llegó el séptimo.
"Pero si eran seis - enseguida preguntarás -, ¿cómo va a ser el séptimo?
Un amigo suyo, vestido de calle, iba animándole: "¡Corre, Carmo!";
así es que fue el séptimo. Y si hubiera tenido 
cinco amigos, hubiera llegado, Zoilo, el duodécimo.

Corredores de stadion.
Nota: Los traductores encuentran grandes problemas a la hora de traducir la poesía clásica, no sólo porque suele desaparecer la rima; sino porque hay que poner signos de puntuación y adecuar los versos. Además, las metáforas pueden ser difíciles de comprender para la mentalidad actual.

Bibliografía:

ORTEGA VILLARO, Begoña. Poemas griegos de vino y burla. Ediciones AKAL, 2006.
RODRÍGUEZ BLANCO, Mª Eugenia. Hesperia, nº11. Año IV, Vol. III. Culturas del Mediterráneo: Especial Grecia: Los Juegos Olímpicos. La herencia griega. Fundación Tres Culturas - Fundación José Luis Pardo - Ibersaf Editores. 2008.

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