Blog del escritor Gabriel Rodríguez Morales

domingo, 8 de marzo de 2020

El laísmo y otros graves errores gramaticales y ortográficos en editoriales de prestigio

  Los errores al escribir y al editar se cometen. Es perfectamente comprensible. Pero resulta sorprendente como escritores y editoriales prestigiosas llegan a cometer evidentes errores gramaticales y ortográficos que no deberían pasar como correctos en una simple revisión. No son simples erratas que se cometen con el teclado o frases que se escriben de manera enrevesada sinn necesidad. Son casos más graves que suponen, además, la normalización de fallos gramaticales. Voy a poner como ejemplo una experiencia que tuve hace una semana aproximadamente.

    Compré para mi hija un libro de una conocida editorial. 

    Hasta aquí todo bien, parece un libro muy interesante en el que el lector participa activamente en la progresión de la lectura al estilo del conocido Elige tu propia aventura. El autor es anglosajón y la traductora es española. Imagino que, además, la editorial, que es profesional, tendrá sus correctores. Pero, ¡horror!, al poco de empezar el libro se aprecian errores garrafales. Podrían ser despistes o erratas sin más, totalmente respetables, pero no es el caso: son fallos que demuestran desconocimiento de la gramática, con incidencia especial en el laísmo. Pongo como ejemplo tres errores encontrados en una sola página.


    Debería ser "tirándole de las muñecas" (es complemente indirecto).
   Debería ser "incorporándole" (también es complemente indirecto). Este caso puede dar lugar un poco más a dudas, pero basta leer la definición de la RAE para comprobar que aquí es indirecto.

    Sin lugar a dudas, deberían repasar las normas gramaticales y evitar caer en el dichoso laísmo que tanto se escucha ahora en televisión no ya sólo en programas cuyo nivel cultural de los colaboradores deja mucho que desear, sino en los mismos telediarios. Esto me hace recordar que el laísmo es propio del centro-norte peninsular, en el que algunas personas (no todas, afortunadamente), critican el acento de determinadas regiones (en mi caso, Andalucía occidental) desconociendo que ellos comenten, en algunos casos, verdaderos crímenes con la lengua castellana. A todos ellos, les recomiento la página de la RAE que define el laísmo. Afortunadaene, en la mayoría de la península y en hispanoamérica, no existen erorres de laísmo, leísmo o loísmo. Lo peligroso es que a través de medios de comunicación social se acabe por imponer lo que está mal y a muchos nos "da una bofetada" al leerlo.

Imagen de Wikipedia.
Además, Hispanoamérica también sería mayoritariamente "sin presencia".
    Pero la cosa no queda ahí, un poco más abajo encontramos otro llamativo fallo. El personaje está resfriado y en vez de decir "tampoco", dice "tamboco". Hasta aquí bien, es una licencia del autor para demostrar que está muy resfriada. Pero lo gordo es que escriben "tanboco". De las primeras cosas que se enseñan al aprender castellano es que se escribe con "m" delante de la "b" y la "p".


    Tres errores en un sóla página al comienzo del libro es demasiado. Muy a nuestro pesar, mi hija dejó de leer el libro porque a esa tierna edad debe recibir una información correcta y, cuando haga sus exámenes, no caer en errores provenientes de donde menos deben venir: de un libro de una editorial con nombre y prestigio.

    Para terminar, he de decir que he escrito dos correos electronicos a la editorial que publicó el libro haciendo notar los errores y no he recibido respuesta.

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